La Villa Blanqueta está formada por dos plantas de vivienda más un generoso sótano que cumplimenta a la perfección las necesidades de las familias más exigentes. Los grandes huecos generados por el juego de los volúmenes generan espacios ricos donde habitar, descansar y, en definitiva, vivir. La planta principal acoge la zona de día, con una espectacular cocina-salón-comedor de más de 80 m² donde, además, se encuentra una estancia complementaria, destinada a dormitorio, y que disfruta de las envidiables vistas del jardín y de la orientación sureste, que permitirá recibir los primeros rayos del día al amanecer.
En la planta primera, la zona de noche, se dispone de dos dormitorios dobles que comparten baño y un tercer dormitorio en ‘suite’ con un imponente vestidor conectado con la zona de habitación y el baño.
La espectacular escalera conecta, además, con el sótano que completa la vivienda. En este volumen se ubican una zona de aparcamiento generosa, pensada para dos vehículos, así como un pequeño espacio de almacenamiento de material deportivo o incluso del cuidado del jardín. En la zona habitable, la vivienda dispone de una gran salón-comedor a modo de ‘txoco’ o espacio social, junto a un versátil estudio, un gimnasio completo y un dormitorio que se enriquece de la increíble luz solar a través del patio. Esta máxima se repite en las tres villas que forman el conjunto y corroboran la importancia del bienestar, del cuidado de los espacios y de la iluminación.
Los elementos exteriores de esta villa se proyectan con la clara intención del disfrute y del diálogo entre en interior y el exterior. Donde además de la imponente piscina, encontramos una zona de cocina exterior y un coqueto huerto que pretende fomentar el cultivo de pequeñas aromáticas y verduras de autoconsumo familiar. La conexión con la naturaleza se culmina cuando la casa vive del exterior y se conecta de manera sutil con ella.